Cualquier forma de arte es terapeútica

24.05.2020


Anoche vi un interesante documental sobre la vida y carrera cinematográfica de Steven Spielberg, donde el director afirmaba sin ningún pudor que, si no había hecho terapia, no era porque no la necesitara, sino porque su viaje terapeútico lo había vivido a través de sus películas. "Ya, ya..."- me diréis- "es que yo no soy Spielberg". Ni falta que hace para beneficiarnos de todas las bondades que el arte puede tener para nosotr@s. Sólo es necesario acercarnos a cualquier área artística que nos provoque curiosidad. Ni qué decir tiene que el arte en muchos casos no puede sustituir a la terapia, aunque sí integrarse en ésta, y ser un fabuloso coadyuvante del tratamiento y acelerar una evolución favorable hacia la recuperación del bienestar.

En psicología, cada vez somos más conscientes de cómo cualquier tipo de expresión artística de nuestro universo interno tiene esos efectos sanadores. Pero..., ¿por qué ocurre esto?

  • Todo proceso creativo necesita un germen, una motivación, una necesidad de comunicar algo. Ese inicio nos facilita el autoconocimiento y nos da muchas pistas sobre nuestros anhelos, miedos y deseos.
  • El arte, a través de cualquiera de sus múltiples posibilidades (música, danza, pintura, escritura, escultura, cine, teatro...), nos permite expresar sentimientos e ideas, que en su mayor parte vienen del inconsciente, por lo que actúa como una forma de liberación.
  • Durante la construcción de nuestra obra, sea del tipo que sea, se produce de manera natural una reducción del estrés y la ansiedad, ya que se mantiene una atención plena muy beneficiosa durante la actividad.
  • Si elegimos un área con la que disfrutamos, puede ser altamente gratificante, generando la segregación de endorfinas, sustancias que nos ayudan en la regulación del malestar y el apetito, y que por ende aumentan nuestra sensación de bienestar y vitalidad.
  • Puede ser un potente reforzador de la autoestima, al desarrollar nuestras capacidades y talento creativo.
  • Nos posiciona en un papel activo, aspecto muy interesante por convertirnos en los creadores de nuestra propia realidad, equilibrando rutinas en las que simplemente consumimos ocio desde un lugar pasivo.

Viendo todos los beneficios dan ganas de correr y ponerse ya mismo, ¿verdad? Esto se dice muy fácil, pero se va postergando por varios motivos. El primero de ellos suele ser la pereza al pensar en salir de nuestra confortable zona de seguridad y hacer algo distinto. Desde mi punto de vista, en muchas ocasiones esa pereza esconde algo más profundo, que es el miedo a no hacerlo bien, a fracasar, a que el resultado no sea el esperado. Y más al fondo de ese miedo se encuentra una creencia limitante que nos ha estado acompañando toda la vida: "Es que yo no soy lo suficientemente buen@ en..."

Equivocadamente solemos pensar que el arte está destinado a unas pocas personas, aquellas que han nacido con el "don" de saber hacer algo muy bien, pero voy a compartir contigo algo que he constatado durante toda mi experiencia personal y profesional: En cualquier ser humano hay talento creador. Sólo es cuestión de darnos la posibilidad y, nunca mejor dicho, "ponernos manos a la obra". 

Te invito a que explores tu creatividad a través de los recursos que tengas a tu alcance. La belleza está dentro de ti y se puede expresar en cualquier lugar. No importa cuál sea el medio. Puede ser hacer una presentación distinta de un plato de cocina, decorar un rincón de tu casa, escribir una historia imaginaria o inventar una melodía. Tu salud emocional te lo agradecerá.

Los límites los pones tú. ¡Recuerda que las posibilidades también!